Oaxaca es uno de los estados más ricos en nuestro país debido a su diversidad cultural y sus abundantes recursos naturales. A mí, lo que más me gusta es su comida, por lo que me había limitado a disfrutar de La Guelaguetza en el centro de la capital oaxaqueña. Afortunadamente, bajo el pretexto de conocer la nueva Chevrolet Montana 2024 “pude escaparme” y dar una vuelta por la costa oaxaqueña.
Tras un complicado viaje en avión, llegamos a Puerto Escondido y nos dirigimos a una de las playas más reconocidas a nivel mundial para practicar surf, ¡adivinaste!, Zicatela. De acuerdo con los lugareños es el “destino ideal” para los amantes de las olas, pero debido al mal clima -el mar estaba muy picado- había bandera roja, y no pudimos disfrutar del espectáculo.
Aunque los surfistas acompañados de sus tablas esperaron pacientemente para ver si las condiciones mejoraban y tendrían oportunidad de conquistar las olas, la suerte estaba echada y no pudimos disfrutar de sus proezas acuáticas. Lejos de frustrarse parecía parte del entrenamiento, como si fuera una analogía a caer, levantarse y volver a intentarlo, mostrando que la templanza y carácter no sólo la aplican en el océano sino en la tierra.
Aparte de admirar el mar, hay otras actividades como camping, yoga y meditación, pero si lo tuyo no son las actividades físicas siempre podrás perderte entre sus coloridas calles o visitar sus restaurantes, bares y cafecitos aderezados por la bohemia y hospitalidad de los lugareños.
El menú es muy variado, va desde pescados y mariscos -aprovechando que es playa-, pasando por comida internacional o hasta oaxaqueña en los restaurantes del centro.
Para cerrar el día, la playa sigue siendo el mejor plan, siempre hay lunadas tanto de locales como de viajeros, la ventaja es que gracias al ambiente relajado podrás encajar perfecto.
Aprovechando la amabilidad, me recomendaron ir de noche a la Laguna de Manialtepec, la cual se encuentra a media hora de camino. Lamentablemente no pude hacerlo porque no es temporada (sólo es de agosto a marzo) pero ya anoté la bioluminiscencia en mi lista de pendientes.
Para esa futura aventura, la Chevrolet Montana 2024 repetiría como mi compañera porque empezamos ese viaje juntas y así hay que terminarlo.
Esta camioneta comparte varios elementos con la Chevrolet Tracker como la plataforma GEM y el propulsor tricilíndrico turbocargado de 1.2 turbo con 130 Hp y 140 lb-pie de torque, acoplado a una transmisión automática de seis velocidades. Me llamó la atención que cuenta con una cubierta contra lluvia y polvo en la batea y ofrece una “caja Multi-Flex” con un sinfín de ranuras para anclar bandejas y divisiones, ideal “pa´ cargarla de todo”.
Nuestro viaje coincidió con el desplazamiento de la onda tropical número cinco por la costa chica de Oaxaca y Guerrero, las lluvias y descarga atmosférica estuvieron presentes, “dificultando” el camino con “charcos” y demás irregularidades, y aunque la Chevrolet Montana no está diseñada para el off-road (ya que fue denominada como un SUP -Sport Utility Pickup-) sortea de forma efectiva así que si la temporada de bioluminiscencia coincide con el “mal tiempo” no tengo de qué preocuparme, mientras sucede me quedaré con el recuerdo de la puesta de sol que me regaló Zicatela.