Hace muchos años, (cuando trabajaba de lleno en el mundo de los autos) fui a un evento cerca de la ciudad de México, y al regreso un colega del medio me dio un “aventón” en un flamante BMW M3 de prueba de manejo, en los asientos traseros venía un camarógrafo y un fotógrafo, en la carretera veníamos a buen ritmo, y el conductor hablando de las bondades del caro modelo.
Al llegar al D.F. supongo había un plantón o algo, ya que íbamos a vuelta de rueda, y aquí viene el momento que tengo tatuado en la memoria, con un tono socarrón el camarógrafo del asiento trasero preguntó a su jefe: Oye y ¿cuántos caballos tiene este coche?, ¿a cuánto corre?, ¿cuánto cuesta?, el conductor le responde un poco pomposo presumiendo su conocimiento y al termino de esto el “cámara” dice: y de qué sirve todo eso si estamos parados igual que el Tsuru que va al lado.
Hoy al recordar esto, pienso en el presente de la movilidad citadina, el recuerdo que les comento es de hace unos 10 años, y hoy las cosas está peores, además debemos sumar al fenómeno del COVID, donde unos cuantos meses la gente se guardó para luego salir en masa adquiriendo más autos, lo cual será un problema mayor a mediano plazo en nuestra ya congestionadas e insuficientes vialidades, además claro de un transporte público rebasado hace ya muchos años.
El costo de las cosas por “obviedad” cada año aumenta, pero particularmente los autos se han disparado, de tener un Dodge Atos (hoy Hyundai I10) en menos de 100 mil pesos, ahora desde 207,800 pesos pues las cosas no son tan halagüeñas para un poder adquisitivo tan bajo en la mayoría de la población. Y no, no estoy diciendo que no se pueda, pero cada vez es más complicado, y el único modo son los financiamientos, a los que no siempre podemos acceder.
La Movilidad
En la Ciudad de México por ejemplo una persona en transporte público puede hacer unos 10 km y en auto unos 24 km, en este segundo punto las velocidades son menores a los 15 km/h, (sí, en bici podrías ir más rápido, pero la orografía lo hace más complicado) por ello el transporte inteligente debería ser en un sistema público realmente eficiente en primer lugar y en segundo en autos pequeños. Por desgracia vivimos a la sombra de nuestros vecinos del norte con autos más grandes o nos quedamos con aquella vieja creencia de “entre más lámina tenga, más protegido voy”.
Si lo tuyo es ir de casa a la oficina y luego regresar, los fines de semana tal vez ir a algún punto de la ciudad o un viaje carretero de menos de 100 km, tu puedes andar en un compacto o un pequeño sedán, si ya tienes familia un sedán mediano o una de esas nuevas SUV´s chicas que han tenido tanto éxito en ventas, pero no requieres una inmensa pick up o un deportivo, y no te digo que no lo compres, claro que sí, es tu dinero y puedes hacer lo que se te pegue la gana, pero a fines prácticos no es eficiente y gastarás mucho en gasolina, además existen modelos de tamaños contenidos en marcas Premium, por si lo tuyo es presumir.
La mentalidad de gran parte del mercado americano es demostrarle al de enfrente que tiene más, y eso nos ha llevado a una vorágine de consumismo sin pensar lo que realmente necesitamos, y pagamos lo que sea para mantener un estatus irreal.
El nuevo problema
Hoy ya existen autos de marcas que se supone que no son caras que rayan los 400 mil pesos o las anteriormente mencionadas SUV´s pequeñas con precios que son una auténtica patada, pero a esto le sumamos la nueva oleada de autos eléctricos que se comercializan (y los muchos que llegarán) con precios aun más caros y con menores autonomías que un subcompacto de gasolina, y están siendo posicionados en la mente del comprador para que pague lo que sea solo porque son “ecológicos”, aunque realmente lo que te venden es que son nuevos, lo anterior puede verse con los productos de Apple, con personas que se duermen en el piso para poder ser los primeros en pagar una buena lana por un teléfono… ¿en serio?
La marca JAC en México presentó hace poco su E10X con una autonomía de 360 km (obvio no son reales, pero eso ahorita lo vemos) y un diseño que me recuerda de nuevo al Atos, y con un precio de 425,000, es decir 55,000 pesos menos que la versión más básica del Mini Cooper (Essential Manual), pero tenemos que asumir que en el caso del JAC vale eso, porque estamos salvando al planeta. Además ojo, en el caso del Mini tendrás mayor plusvalía de reventa y autonomía. Obvio puse el ejemplo del Mini, por irme a un extremo de precios y nivel, pero hay muchas otras opciones presentes que te darán un mejor rendimiento.
El mencionado problema de la reventa no es el mismo en un auto a gasolina que uno eléctrico, el ejemplo es por ejemplo, un BMW i3 que se lanzó con un motor eléctrico con determinada especificación de rendimiento, y un par de años después se mejoró, pero hoy se ha anunciado que dicho auto ya no se fabricará y además, si lo compraste en aquel entonces hoy la batería ya tiene menos vida útil, y no hay manera de adaptarle una nueva mecánica, mientras que un cambio de baterías conllevaría un gasto mayor que no haría factible la modificación, por lo que al final de la vida útil te quedarás con gran pisapapeles en tu estacionamiento ya que no podrás hacer mucho.
La tecnología avanza muy rápido, de hecho piensa en un teléfono móvil, lo que hoy es novedad y poderío en unos meses ya no sirve y no hay manera de arreglarlo, así es como pasará con los autos eléctricos hasta que se estandaricen los procesos, pero eso no pasará pronto ya que ahorita las marcas se están esmerando en mostrar músculo sin sentido, como la inminente nueva versión de Hummer totalmente eléctrica, otra oda de los gringos al exceso que realmente no sirve de nada.
Ya ni hablemos de la contaminación y consumo de agua que se requiere para la fabricación de las baterías, aunque existen estudios a favor y en contra de esto, se dice que para amortizar el uso de un vehículo eléctrico se requiere más tiempo que uno a gasolina, hablando de usos cotidianos.
La cruda realidad y solución
Esto es bien simple, deja de presumir, compra lo que necesites realmente, los autos eléctricos no son la solución HOY, pero sí en unos cuantos años que se mejoren los procesos e impacto de la fabricación de baterías así como la autonomía de las mismas, ya que los fabricantes te pueden decir que su auto eléctrico caro te puede dar “1000 km” de autonomía, pero no te dice que para lograr eso debes estar en una carretera recta, sin mucho viento, sin aire acondicionado, de preferencia con las luces apagadas, sin radio, circulando a 50 km/h y con un unicornio jalándote (tal vez exagero, pero entienden el punto, ¿no?).
Una moto es una excelente solución si solo vas a tu trabajo, o si te chocan esos motociclistas locos un auto pequeño que solo te mueva y sí, sigamos abogando por un sistema de transporte, seguro, eficiente y que no huela gacho. Y claro, no seamos de esas personas que va a la tienda a dos cuadras en su coche, (sí, hay excepciones, pero no son mayoría), lo más importante ese ser conscientes de lo que hacemos, con eso mejoraríamos mucho como especie en todos los aspectos de la vida.